“La educación es el arma más poderosa que puedes utilizar para cambiar el mundo”.
Nelson Mandela
Caminamos bien entrado el siglo XXI y constato con cierta pesadumbre que estamos faltos de líderes inspiradores, que nos muevan a dar lo mejor de nosotros mismos, a creer en algo que merezca la pena por lo que levantarse y exigir un mundo más justo.
Constato con cierto horror que los políticos que nos lideran no inspiran porque ni siquiera ellos mismos creen en una causa, en un propósito, todos se han hecho mercenarios del status quo y sirven al mejor postor, aquellos lobbys en cuyas manos se concentra la riqueza mundial. Son simples tecnócratas cumpliendo órdenes con miedo para no perder el puesto que han ganado pero que, en la mayoría de los casos, no merecen.
Constato con cierto terror que vivimos en una mátrix donde se nos dice lo que debemos o no debemos hacer para formar parte del todo y no salirnos del tiesto para ser diferentes y sembrar la semilla del cuestionamiento a perder el miedo y dejar de ser uno más en la cadena, actuando de forma totalmente autómata. Porque es más fácil que nos lo den todo “pensado” a que “pensemos” por nuestra cuenta.
Nelson Mandela decía que “La educación es el arma más poderosa que puedes utilizar para cambiar el mundo”. Suscribo totalmente estas palabras pero no sólo la educación en conceptos y conocimientos, sino en patrones de pensamiento, que la educación nos enseñe a pensar por nosotros mismos, a descubrir nuestro talento y nos de libertad nos habla de la excelencia.
Creo que el líder inspirador primero tiene que realizar un gran trabajo personal consigo mismo, sólo así podrá trascender su sombra (ego) y convertirla en luz (amor), luz inspiradora que inspire a otros. Cuando este trabajo interior se realiza, el mundo nos regala grandes líderes que cambian el curso de la historia y, a su vez, nos inspiran en nuestro día a día: Dr. Martín Luther King, Nelson Mandela, Mahatma Gandhi, Steve Jobs, Madre Teresa de Calcuta, Steven Covey, etc…
Seguimos a los líderes que inspiran no porque tenemos que hacerlo sino porque queremos hacerlo. Seguimos a quiénes lideran no por ellos, sino por nosotros mismos. Porque creemos en lo mismo, en un mundo más justo y equilibrado para todos, donde el ser humano, da lo mejor de sí mismo, sin odio y sobre todo sin miedo.
Quiero pensar que no hemos dejado que el miedo nos venza. El miedo nos ata al apego, al control y a la manipulación. Como consecuencia de relacionarnos en todos nuestros ámbitos (familiar, laboral, pareja,…) con el patrón de miedo, dejamos que sea nuestro ego el que hable, para que no nos lastimen, para no sentirnos inferiores, para destacar…..Pero ¿y sí nos relacionáramos desde un patrón de amor?. Amar es una forma de vida y diría que somos animales destinados a querernos, al fin y al cabo, el ser humano no nace odiando, se le enseña y está más inclinado naturalmente a amar que a odiar.
Piensa en cómo te gustaría ser tratado y trata así a todas las personas de tu entorno más inmediato: familia, pareja, amigos, compañeros….Ya verás como en poco tiempo, tu entorno cambia, se encuentra más relajado y cada uno puede ser más auténtico, más honesto, porque estarás dando no esperando a recibir. Te convertirás en un líder inspirador para tu entorno y poco a poco podrás experimentar cómo van cambiando las cosas.
Para que el mundo cambie, primero debes cambiar tú. Decide ser el líder inspirador de tu mundo, creando un entorno positivo, de confianza y sobre todo de amor.
«Las personas no deben sentirse obligadas. Deben ser capaces de elegir su propio líder»
Albert Einstein
Feliz e inspiradora semana!! 🙂
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