El otro día estaba viendo el video de un chico de 13 años, Logan Laplante, que estaba dando su primera charla en la comunidad TED (Charlas gratuitas de expertos para el mundo), y me quedé gratamente sorprendida de que un chico de 13 años tuviera ese aplomo, comunicación, e ideas claras para exponer su experiencia personal sobre su educación y sobre todo transmitía felicidad al hablar y expresarse, tanto con sus palabras como con sus movimientos.
Un buen día, sus padres decidieron que era mejor abandonar el sistema tradicional de educación y educarse en casa con otra metodología que sobre todo acercara al niño a su felicidad, algo que olvidamos en la edad adulta y lo más importante, olvidamos transmitir a nuestros niños.
Cuando somos niños, somos más conscientes de que somos felices y nuestra idea es prolongar esa felicidad cuando nos convertimos en adultos. Los niños son más felices porque viven permanentemente en el AHORA, no se angustian y preocupan por lo que harán al día siguiente o dentro de unos días, meses o años. Fluyen con el momento, están fuera de expectativas y resultados y por eso, son felices, se centran en disfrutar y amar lo que hacen no en qué pensarán los demás o cómo les juzgarán, sí hacen esto o aquello.
“Todo hombre quiere ser feliz pero para llegar a serlo habría que empezar por saber qué es la felicidad”
Probablemente, para cada persona, la felicidad lo perciba como algo distinto. Algunas personas parecen felices: simplemente, no se plantean el asunto. Otras hacen planes: tendré un marido, una casa, dos hijos, una casa de campo… Mientras se encuentran ocupadas realizando esa lista, son como toros embistiendo: no piensan, sólo avanzan. Consiguen su coche, a veces consiguen hasta su Ferrari, les parece que en eso consiste el sentido de la vida, y no se hacen nunca la pregunta ¿qué es la felicidad? Pero, a pesar de todo, los ojos arrastran una tristeza de la que estas personas ni siquiera son conscientes.
Yo no sé si todo el mundo es infeliz. Lo que sé es que las personas están siempre ocupadas: trabajando más tiempo del que les corresponde, ocupándose de los hijos, del marido, de la carrera, del diploma, de lo que harán al día siguiente, de lo que hay que comprar, de lo que hay que tener para no sentirse inferior, etc.
Por mi anterior trabajo, he viajado mucho a lo largo y ancho de este mundo y donde mayor felicidad he podido ver ha sido en los ojos de los niños de África y eso que, a priori, no tienen demasiado para considerarse que puedan ser felices pero nos olvidamos de que tienen lo más importante, el ahora, la alegría y el disfrutar lo que hacen, no ven los límites.
Nunca podré olvidar la felicidad de un grupo de chicos en Arusha (Tanzania) jugando al fútbol descalzos y con un balón hecho de trapos, uno sobre otro y pegados. Todavía puedo ver sus caras, iluminadas con una sonrisa, sus ojos profundos y sonrientes, sus gritos de alegría….ellos, sin saberlo, me regalaron un momento sublime de felicidad! Fui feliz con ellos viéndoles jugar su partido de fútbol en un campo lleno de barro y charcos de agua.
Me enseñaron que la felicidad no depende de lo que tienes, sino de lo que eres; que la felicidad es un estado interno y que no importan las circunstancias que tengas alrededor. Decide en qué quieres enfocárte, qué quieres elegir. Ellos eligieron disfrutar jugando al fútbol sin importar si el campo y la pelota no eran los adeacuados para jugar, ellos eligieron ser felices haciendo lo que más les gustaba, jugar al fútbol.
¿Y, tú? ¿Qué has elegido? ¿te has preguntado alguna vez qué es lo que te hace feliz? ¿te has preguntado sí eres feliz? ?¿Crees que mañana serás más feliz que ahora?
La felicidad no es algo que puedas postergar, la felicidad debe formar parte de tu vida cotidiana. En la vida de cualquier persona, existe la alegría y el dolor, situaciones fáciles y difíciles. El problema surge, cuando le damos más importancia a las situaciones negativas y vivimos las situaciones positivas sin disfrutarlas ni valorarlas.
Una persona que sabe ser feliz, disfruta plenamente cada momento de alegría, bienestar, satisfacción o belleza, por simple o pequeño que sea.
Y cuando vive una situación dolorosa, la enfrenta de la mejor forma posible. Si puede hacer algo al respecto, lo hace y aprende de lo que le sucede, pero no se queda atascado en el dolor ni en los problemas.
La felicidad aparece cuando nos sentimos a gusto y acompañados, aún estando solos, con un sentimiento de plenitud, bienestar y paz interior, viviendo la satisfacción personal de ser quiénes somos.
Esto puede sonar difícil de alcanzar pero todos lo hemos experimentado alguna vez.
Son momentos en los que no nos estamos comparando con nadie ni pensando en todo lo que no tenemos. Simplemente estamos disfrutando del momento, con una sensación de bienestar y tranquilidad que nos llega desde dentro.
En ese momento nosotros estamos bien, percibimos ese bienestar general y lo disfrutamos plenamente.
¡Te deseo una Feliz y próspera semana!
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