¿Un mundo nuevo es posible? Yo pienso que si, pero está por construir y debe ser concebido a largo plazo, tendiendo puentes, y con ganas de unir y llegar a la Paz.
A priori parece un reto muy difícil. Sí echamos un vistazo al mapa del mundo, vemos cómo todo nos dice que más que trabajar por la unión, trabajamos por la separación a todos los niveles. Las guerras no sólo están en Gaza, Siria o Ucrania, hay guerras en todas partes: familiares, personales, laborales…..¿Qué es lo que hace que no podamos convivir unidos, trabajando en una misma dirección, sí todos los seres humanos necesitamos lo mismo: sentirnos suficientes y amados?
Quizás todo parte de la sensación de separación que tenemos, no nos sentimos unidos a la naturaleza, que nos provee de todo lo que necesitamos, ni al resto de seres humanos y eso que todos somos uno y espejos unos de otros. En definitiva, nos sentimos solos, desamparados y es ahí donde el patrón del miedo toma las riendas y se manifiesta a través de nuestro ego: la culpa siempre la tienen los demás, pisar para no ser pisado, ser fuerte para no resultar débil o vulnerable a los ojos de los demás, no respetarme y en consecuencia no respetar al que tengo enfrente….podría enumerar miles de ejemplos.
El ego (el yo separado) adopta miles de personajes para seguir manteniendo las riendas de tu vida, para seguir manteniendo tu identidad y no te permite descubrir quién eres en realidad hasta que no tomas conciencia de tu patrón de pensamiento y de qué es lo que dirige tu vida. ¿Hay equilibrio mente-corazón en tu vida o simplemente actúas en un patrón reactivo dominado por tu mente? Debes pararte, respirar y tomar conciencia de dónde estás y quién realmente toma las decisiones en tu vida, sólo así sabrás sí actúa tu personaje cargado de miedo o actúa tu SER cargado de amor.
«Conténtese con observar la marea de la mente, con observarla con inocencia y calma, y no la reconozca como siendo usted.» Nisargadatta.
La mente busca alimento incesantemente, y no sólo para el pensamiento; está buscando alimento para su identidad, para su sentido del yo. Así es como el ego viene a la existencia y se recrea continuamente a sí mismo.
Cuando piensas o hablas sobre ti, cuando dices “yo”, sueles referirte a “yo y mi historia”, Este es el “yo” de lo que te gusta y de lo que te disgusta, de tus miedos y deseos, el “yo” que nunca está satisfecho por mucho tiempo. Es un sentido de quien eres creado por la mente, condicionado por el pasado y que trata de encontrar su realización en el futuro.
Cuando reconoces que hay una voz en tu cabeza que pretende ser tú y que nunca deja de hablar, estás saliendo de la identificación inconsciente con la corriente de pensamientos. Cuando notas esa voz, te das cuenta de que tú no eres la voz – el pensador – sino quien es consciente de ella. La libertad estriba en conocerte a ti mismo como la conciencia que está detrás de la voz.
Un mundo nuevo es posible, si! Para ello deberemos conocernos a nosotros mismos, amarnos a nosotros mismos, llegar a nuestra verdadera esencia como seres humanos y así llegar a la verdadera libertad y desde esa libertad relacionarnos con amor y respeto con el resto de los seres humanos que conforman este mundo.
No es un trabajo fácil pero es posible, que es lo que interesa cuando enfrentamos retos ú obstáculos. Debemos hacer el trabajo por el bien de todos y sobre todo por nosotros mismos. Las sociedades serán más sanas y felices cuando nos relacionamos desde el amor y el respeto, viendo lo que nos une más que lo que nos separa. Y he visto que es posible, muy posible, siempre que hay algún accidente o desgracia o en los momentos de cambio de valores y paradigma que atravesamos, los seres humanos han mostrado su mejor cara, la de la solidaridad.
Cuántos bancos de alimentos se han creado y están dando de comer a miles de personas, o en el accidente de Angrois, cómo se volcó todo un pueblo para ayudar a las personas que viajaban en el Alvia o la solidaridad a la hora de donar órganos, que nos hace ser líderes mundiales!!
Sí, creo que un mundo nuevo es posible y poco a poco vamos dando los pasos para lograrlo, pasará mucho tiempo pero lo conseguiremos porque como ciudadanos estamos preparando una revolución intelectual y pacífica, que quiere un estado latente donde la vida es sagrada, la felicidad posible, el amor al prójimo es una práctica cotidiana y el respeto al derecho ajeno a hacer y pensar diferente es la paz.
El amor es lo que contagia a un despertar colectivo. Hoy, estamos en un proceso donde la individualidad está trascendiendo a lo colectivo, verdaderamente tenemos que creerlo para poder crearlo, tenemos que ser capaces de afrontar este reto.
A la violencia no se le puede combatir con más violencia, solamente generando conciencia de amor, de respeto a todas las formas de vida, seremos capaces de contribuir a esa transformación.
Y finalizo este post con una frase que para mí es la esencia del mismo:
“Libertad individual, felicidad colectiva”.
Fuentes:
“El silencio habla” Eckhart Tölle.
Película “Yo lo creo” de Santiago Pando (México).
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